Los carnavales peruanos están marcados por la alegría y participación de la población. La yunza, conocida como umisha en la selva o cortamonte en la costa, consiste en plantar artificialmente un árbol cargado de regalos, en torno al cual se baila hasta tumbarlo con los cortes de un machete o hacha. La pareja que derriba el árbol queda a cargo de la organización de la yunza del siguiente año.
En todo el país es muy difundido jugar a lanzar agua a las personas, por lo que durante toda la fiesta es conveniente andar con cautela. Las regiones carnavalescas que se distinguen por su algarabía y organización son Junín, Áncash, Madre de Dios, Ayacucho, Tacna, Ucayali, Cajamarca y Huánuco.